martedì 22 luglio 2008

Tiempos de una superficialidad carnivora

( Publicado el 24/3/2007 , en: http://www.cronopios.com.br)

Por Luis Benítez

Entrevista al poeta Gabriel Impaglione, exclusiva para CRONÓPIOS desde Italia


El poeta argentino Gabriel Impaglione reside desde hace años en Italia, y es bien conocido en Latinoamérica y Europa tanto por sus libros como por su activa tarea de difusión de la poesía de otros autores a través de la Web. Impaglione, en este reportaje, se refiere ampliamente a estas dos facetas de su labor literaria, al tiempo que nos brinda precisiones sobre su visión de la poesía y la situación del poeta contemporáneo.


¿Qué puede decirnos sobre su trayectoria como poeta?

No sé todavía, esta respuesta la he dejado para el final, pues no le encontré una línea que pueda resultar interesante para el lector.
Debería pensarse (la trayectoria de un poeta) por la cantidad de versos que finalmente quedaron en la memoria de la gente?
Por la cantidad de libros editados? Por las lecturas que ha ofrecido o las críticas recibidas, digo, incluso las recensiones publicadas de su obra? Por los discursos ofrecidos en los salones literarios?
Por las publicaciones digitales, en papel, orales? Por las asociaciones que integra? Por los premios recibidos?
Sé que voy en camino hacia países desconocidos, nueva gente, cosas que decir.
Me gusta pensar todo aquello que vendrá en esta trayectoria que no sé a dónde me conduce.
A veces todo lo hecho por un poeta (y esta muy bien que sea así) queda latiendo en unos versos simples que alguien repite en algún lugar que casi nunca se sabe. Quizá sea esta memoria del otro lo verdadero que implica esta pregunta tuya, caro Luis. La esencia más pura por la que valen todos los esfuerzos del oficio. Lo trascendente a la hora de pensar sobre aquello que producimos.

¿Cuáles son los ejes temáticos de su poética?

El amor (a mi Giovanna, mis hijos Martin, Fabio, Noemi, Gonzalo, Roberto y Emanuelle, los hombres y sus oficios-sueños, la vida en suma) y la solidaridad, si se me permite extraerla del Amor para nombrarla, y el apasionamiento militante, otra forma de amor, que por antiimperialista y libertario, lucha a brazo partido para ganarse un espacio en la poesía, aunque algunas veces este empecinamiento en dar testimonio suene a cierta tendencia de blindar la rosa, como me decía mi caro amigo Juan Nuñez, que decía Tuñón.
Peligro (poético), por otra parte, siempre latente cuando no basta el asombro y la realidad nos contiene e impulsa.
Qué sería la poesía sin su actitud de herramienta, de arma de luz o tierra fértil, de entrega?
El hombre universal y todas las cosas que dentro de sí y en torno, lo influencian, significan, modifican.

¿Cuáles son los autores que más le han influido y por qué?

A la hora de pensar sobre mis influencias no puedo identificar autores concretamente, creo que todo lo que he leído y leo permanentemente deja su cargamento interior, esencias no versos, en algún puerto donde cada tanto recalo. No me refiero sólo a poesía. Incluso Mozart, o Clapton estimulan vibraciones que despiertan palabras. Las mismas palabras que se caen en la calle, de las conversaciones de los transeúntes, se pegan al orillo de los diarios, en las palmas de la mano, como un machete escolar. Creo que mis verdaderas influencias nacen de cada paso que doy, de cada vez que me detengo, de las pequeñas labores de la naturaleza, de las inmensidades que asombran; algo se repite interiormente, se pregunta, busca la palabra para explicarse. Podría aventurarme con las páginas que quiero, porque me emocionaron, para responderte: A mi adolescencia llegaron libros de todo tipo, generosamente. Tuve en mi familia el ejemplo del amor a la lectura y se convirtió en una experiencia habitual. En esas horas donde se inauguran descubrimientos leí los españoles del Siglo de Oro, conocí el universo inagotable de Pablo Neruda, la pasión de Rafael Alberti, la fortaleza de Raúl González Tuñón, el vuelo abecedario de César Vallejo, la simpleza de Jaime Sabines, la hondura de Armando Tejada Gómez. Después conocí (tambien personalmente) el soliloquio intimista de Antonio Aliberti, y Antonio me ofrecio páginas de Eugenio Montale, Cesare Pavese, Giuseppe Ungaretti y tantos otros poetas italianos. Siento una particular simpatía por la Generación del 27. Creo que debe llegar, y pronto, una generación de poetas con semejante mirada sobre las cosas terrenales, finalmente. Los cuadernitos de Antonio y Juan, amigos de la infancia que compartían luego de los picados futboleros en un baldío del barrio los escritos de esas horas, y allí nos leíamos y nos preguntábamos y nos reíamos, mientras la pelota descansaba a un costado. Esas tardecitas hacíamos camino hacia la poesía, la contemplación del mundo, el balbuceo de las nuevas palabras.
Que fue primero, el poeta o la poesía? Me encontré con textos maravillosos que pasaron por mí como tantas cosas bellas que a veces casi no recuerdo, me reconocí en palabras y lugares y preguntas... luego llegaron los autores con sus vidas a darle dimensión a la obra, a hacerla tangible, terrestre, no sé, más a mano. Y mucho después desde mi experiencia de vida, desde lo andado y por andar, me llegó la poesía. Y era un camino que ya me parecía conocer.

¿Cuál es la situación del poeta en la actualidad?

De Guerrilla. Y no hay otras posibilidades de lucha que emprender pequeñas acciones, multiplicando la unión con otros poetas. Son tiempos de una superficialidad carnívora. El Gran Hermano ordena la frivolidad y el mundo se olvida de la palabra. Todo pareciera ser imagen compulsiva, fugaz, vacía de contenido casi siempre. Enormes noticieros de TV que no dicen nada, programas ómnibus para anular la función crítica. Pesados diarios llenos de publicidad (léase por publicidad incluso espacios editoriales, entrevistas, suplementos culturales, crónicas). Agendas culturales oficiales llenas de señoras amigas de los señores del poder. Teatros vacíos y shoppings llenos. Grupos editoriales que editan lo que dictan los socios inversionistas y lo que creen que dicta el mercado. Y ya se sabe como es esto.
Las pequeñas editoriales honestas, porque también las hay de las otras, digo, de aquellas que repiten los malos ejemplos de arriba... decía, las pequeñas editoriales honestas, que trabajan con el interés puesto en la promoción literaria, en la promoción de autores válidos, en la gestación de nuevas y dignas bibliotecas, no tienen los instrumentos necesarios para contrarrestar la artillería que golpea permanentemente las vidrieras de las librerías o los espacios de difusión masiva. Ni siquiera pueden hacer alguna diferencia económica para sobrevivir. Entonces los poetas, que no entran en las prioridades (tampoco de Dios Mercado) se las rebuscan como pueden, autoeditan, se meten en los bares a leer, se publican en revistas y sitios de internet, se juntan en una plaza o un centro cultural con la gente, son obstinados patriotas de la poesía, guerrilleros armados de metáforas, mineros que cavan con las manos en el granito buscando la salida.
Muchos de los todos. Pero no todos, claro.
Todavía hay tantos mirando embobados la luna con algún sufrimiento de parque otoñal encadenado a la palabra, o borrachera de tisana para olvidar. Con todo lo que nos está sucediendo, como mujeres y hombres del mundo! Asesinan a nuestro vecino para robarle un anillo de lata, asesinan a nuestros chicos en la calle, explotan a los ya explotados, los humillan con planes caritativos y changuitas de pobrenegritoquetienehambre, nos mienten con una caradurez inagotable, nos venden guerras contra tiranos, terroristas y malos de película berreta y nos venden fuerzas de paz. Nos venden teorías del mal menor, facilmente hallables en los libros de cabecera del nazi-fascismo. Nos venden democracia y libertad a costos demasiado duros, y acá andan, todos los algunos (pero no todos, por fortuna) sufriendo de nostalgias playeras, de remordimientos adolescentes, de gatos y perritos falderos que ya no estan.
Y si todas las lecturas nos daban, entonces, entereza, lucidez, ejemplo, racionalidad, instinto, hasta formarnos para enfrentar buenos y malos momentos de la vida, ahora resulta que nos dicen que no sirve, y nos quieren convencer que las respuestas estan en esos compendios de filosofía plástica del conócete-a-ti-mismo-que-tú-puedes..
Y que hace el poeta en estas circunstancias?
Dónde su voz necesaria?
Porque mal que mal, todos los poetas siempre tenemos algo que decir, alguna cosa, simple, pequeñita, que tal vez sirva, que tal vez dispare en el otro un germen de idea, una idea al menos, y así las cosas quizá vayan mejorando, al menos para uno hoy, para otro mañana, para todos, en fin.
Porque a veces sucede que se dice algo que suena a un algo que dicen muchos, y en esa síntesis, hasta pareciera que nos hermanamos, que nos entendemos y somos de la misma especie... cosa curiosa, no?
Descubrirnos en la sensibilidad de la palabra. Esa que ha sido descartada de los catálogos de las grandes editoriales, de los espacios de los suplementos culturales de los serios diarios importantes, de los programas de cultura y educación de nuestros gobiernos.
Los poetas no debemos perder la ternura. Ni la voluntad de sembrar. La poesía es necesaria, lo sabemos “como el pan de cada día”.
Qué hacemos con nuestras vidas y nuestros sueños? Solos, aunque andemos de fraternidades entre escritores. Sin recursos, aunque millones estén incluso tanto peor que muchos de nosotros. Impotentes, ante despóticos oídos sordos.
Pequeñas y constantes acciones poéticas que mantengan viva la poesía. Multiplicándonos, creciéndonos, alimentándonos.
Ejemplos tenemos muy a mano. Carlos Machado, desde Brasil, no sólo desarrolla una bellísima obra poética, sino se esfuerza en mantener “Poesia.net” una publicación periódica que dedica a un poeta particularmente en cada edición. Está haciendo un trabajo de difusión excelente que nos permite conocer el universo poético brasileño con frescura y calidad.
Algo similar hace Piero Vicari desde Argentina, Amelia Pais desde Portugal, entre tantos otros activísimos amigos que han visto en este espacio digital una oportunidad dinámica de promoción cultural.
Julio Carabelli, desde Tucumán, agrega a su rica labor poética una hoja de promoción literaria estupenda, por ejemplo. Y en estas acciones, los poetas, silenciosamente, sin afanes de lucro, suman voluntades, entretejen fraternidades, le pelean al ninguneo del sistema con una tenacidad que maravilla.
El poeta hoy es algo así como un guerrillero. Y para los tantos que miran por TV lo que pasa en su vereda, el poeta tiene todas las de perder. Claro, con esa industria del “best seller” ya se sabe que las cosas se presentan muy, pero muy difíciles.
Pero con todo, hay un movimiento general importante. Fascinante en muchos casos. Se han multiplicado los encuentros de lectura, la autoedición, las fraternidades aprovechando los nuevos sistemas de interacción como internet. Todo indica que la resistencia poética al modelo cultural impuesto dejará una brecha importante por donde entrar a un futuro distinto.

¿Cuál es la situación de la poesía en Italia, en la actualidad?

No hay grandes diferencias con el mundo. Quiero decir, quizá encontremos mayor compromiso con la realidad en nuestros poetas latinoamericanos. Pero no se puede simplificar tanto en este aspecto. Son sociedades (la europea y la latinoamericana) diversas, que se desarrollan en planos diferentes, con distintas motivaciones y realidades. Aunque a veces creo que los sueños nos corresponden a todos por igual, en Europa se han dejado de lado muchos de ellos. Se han perdido muchos sueños. Y tal vez tenga que ver con el bienestar económico general, o las posibilidades más a mano, ciertas respuestas de los estados que garantizan básicamente la vida cotidiana, un respeto de los derechos a 360 grados...algo así.
En nuestros países del “nuevo continente” el acceso a estas garantías, a los planos de igualdad, al futuro posible, está vedado para las grandes mayorías. En latinoamérica el abrazo es vigente, la hermandad se puede acariciar en una conversación hasta casual entre desconocidos... en Europa, muchos parientes saludan dando la mano, respetando el metro de distancia entre las personas. Esto sin duda puede sentirse en la poesía europea de los últimos años. Italia es Europa.
Tengo dos nombres: Alda Merini y Carmelo Aliberti. Dueños de una obra rica, poesía vital, sin banalidades, vigente, madura. Y tantos nombres que se me escapan .
En otro sentido, abunda una especie de mercado de pague por publicar su poesía en nuestra revista. Se multiplican las publicaciones donde se ofrece la inmortalidad a cambio de una suma de euro. Incluso algunas ofrecen medallas al honor, diplomas a la creación poética, críticas inmortales, todo en una oferta sin desperdicio. Se puede leer gran cantidad de material de señoras y señores que aparecen con foto incluida en antologías y entrevistas o recuadros de poesía, que producen obra olvidable.
Por abajo de esta ansiedad de inmortalidad cultural, cruel mercado cruel, tantos poetas que tratan de abrirse paso lejos de las editoriales grandes y serias que publican como todas las editoriales grandes y serias del mundo: la misma cosa.

¿Cuáles son sus proyectos literarios?

Escribir, viajar y escribir, estar con la gente donde sea, y escribir, editar las revistas de Isla Negra, estimular a nuevos poetas. Y escribir.
En principio con Isla Negra, y sus variantes en italiano (Isola Nera) y sardo (Isola Niedda) que dirige mi mujer, Giovanna Mulas, tenemos la idea de llevarlas al papel para distribuirlas gratuitamente por donde podamos, incluso a modo de sucursales, por decirlo de alguna manera, que otros poetas tomen la iniciativa y en sus ciudades editen cada número para multiplicar su recorrido en manos de la gente común, que es allí donde debe anidar la poesía, o regresar, mejor dicho, la poesía.
En principio la actividad literaria es nuestra única ocupación y proyectamos seguir a pleno aunque sea difícil la travesía cada mes. Pero no podríamos hacer otra cosa.
Con Giovanna, que ha recibido dos nominaciones al Nobel de Literatura por Italia, y dos amigos artistas, Natale Murru y Franca Pani (músico y bailarina) estamos presentando un espectáculo de poesía y narrativa por diversas ciudades de Sardegna, y pensamos viajar al continente e incluso a otros países, de donde hemos recibido algunas invitaciones.
Vinculado a la difusión literaria (comprometido con la difusión de autores) mantengo un blog que es una especie complementaria de Isla Negra (http://isla_negra.zoomblog.com) y hace pocos días Tito Alvarado me invitó a colaborar en el sitio web de “Proyecto Cultural Sur” donde el objetivo es lograr una muestra más o menos completa de poesía contemporánea internacional. Tal vez se sumen un par de poetas en las próximas semanas para redondear el equipo de trabajo que tendría esta responsabilidad.
Fuera de la poesía, tengo un par de libros inéditos de cuentos breves que espero puedan ser editados este año. Al menos en mayo aparecerá una colección de cuentos de Giovanna y míos a través del Taller del Poeta, la editorial de Fernando Pérez Poza en Galicia. Será una edición en italiano de “Historias de seres mágicos y fantásticos”, proyecto muy bonito que se presentará en Sardegna.
Me ronda la idea de participar en algunos concursos que parecen interesantes, pero como siempre ocurre, o me olvido, o lo dejo para otra oportunidad. No soy habitué de las convocatorias.

¿Cuáles son las características de su último libro?

Proclive a los incendios, como dice el escritor argentino Juan Nuñez, uno se incendia nomás, desde lo cotidiano, desde el asombro, desde la mujer que amo, los abusos del poder de turno, los paisajes, cada recuerdo de la patria, los amigos, el estar en medio de una especie de nada a veces como suele suceder a quien emigra.
Es un libro que me dice que de a poco voy encontrando mi voz, el lugar interior donde habitan las palabras necesarias. Me hace sentir más cómodo que el anterior (Carte di Sardinia). Espero que el próximo supere los obstáculos que aprendí a conocer con Explicaciones con mar y otros elementos.
Se siente el hilo conductor a través de los temas marinos, donde el amor, la lejanía de la patria y los sueños encuentran una intencionalidad general que le da espíritu al libro.
No soy un buen crítico, y mucho menos de mi obra, con la que debo esforzarme para no ser demasiado severo.
El poeta y editor Franco Santamaría (Italia) dice que “la palabra se suelta de su significado primario y se transforma en imagen audaz, magnífica y universal, sin artificios, sensible de todo lo que nos rodea y emociona”.
Creo que es una síntesis posible de este libro, terrestre, por marino, y a remo, escrito.
Ha sido editado por Uni Service, una excelente editorial universitaria con sede en Trento, Italia. Trabajan muy bien, con mucho cuidado y originalidad. Es una edición bilingüe (italiano/español) de 133 páginas, que reproduce en tapa una obra del artista argentino Emilio Reato, uno de los muralistas más importantes de país.

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